ANDRÓNICO DE JERBITON (en 1166)
Alianza:
Torre de DavidEdad aproximada: 50-60
Parens: Porcia
Famas/infamias: Gran diplomático (+3), Modales exquisitos (+2), Falso (-3).
Familiar: Ninguno conocido
Una frase: "Toda diplomacia es una guerra continua por otros medios"
Andrónico de Jerbiton es el segundo mago más viejo de su Alianza, después de
Parménides Alecto ex Criamon, pero es el Jerbiton de mayor edad, y el más influyente entre sus sodales dentro de la
Torre de David. Su mater, Porcia de Jerbiton, era una de los tres magos enviados desde Biblioteca Imperatorum para fundar la Alianza en 1104, poco después del establecimiento del Reino de Jerusalén (otro de ellos era
Parménides Alecto, aún vivo), y Andrónico es el primero de los magos herméticos nacidos y educados en el Tribunal de Levante (hecho del que él se jacta y que suele mencionar a menudo, autodenominándose a sí mismo como "Primer Oriundo del Tribunal").
Andrónico es un mago bastante severo e intransigente. Es un reconocido xenófobo, aunque los años de experiencia le han mostrado el verdadero valor de la diplomacia y la apariencia, y por lo general rara vez se muestra tal y como es en realidad. Gracias a su enorme influjo en su Alianza, la postura oficial de su Alianza es la de un apoyo prácticamente incondicional al Reino de Jerusalén; apoyo que desde hace años apenas se ha visto cuestionado en la
Torre de David.
Poco se sabe de la opinión que Andrónico mantiene de otros magos herméticos, dado que es un experto en ocultarla y mostrar su siempre magnífica sonrisa. No obstante, la
Torre de David sigue una política relativamente "dura" en lo que respecta a los asuntos del Tribunal, y se cree que él es el motor de la misma. En este sentido, en tanto que la suya es una de las Alianzas de mayor poder en el Tribunal, y posiblemente la de mayor influencia, suele buscar entre sus aliados directos a las Alianzas de menor poder, más fáciles de controlar, convencer e intimidar; mientras que las Alianzas de mayor envergadura son mantenidas a mayor distancia, salvo cuando la situación y la prudencia aconsejan lo contrario.