Los Hospitalarios, también conocidos como Caballeros de la Soberana Orden Militar y Hospitalaria de San Juan de Jerusalén, son una de las principales órdenes religiosas y militares del mundo. La Orden Hospitalaria es soberana, por lo que no se encuentra bajo la legislación ni el control de ningún Estado cristiano, y una bula papal del 1113 también los libera del control de la Iglesia, aunque sí se encuentra bajo la tutela del Papado. La Orden Hospitalaria tiene, ante todo, un fuerte carácter militar muy jerárquico, aunque su composición ya no es puramente religiosa (originalmente estaba formada por monjes benedictinos).
La Orden de San Juan de Jerusalén, como fue llamada originalmente, fue fundada en torno al 1050, cuando algunos mercaderes de la República de Amalfi obtuvieron permiso del Califa de Egipto para construir una iglesia, un convento y un hospital en el que asistir a los peregrinos que llegaran hasta Tierra Santa, independientemente de su fe o de su raza. Los Benedictinos, dirigidos por el Beato Gerardo, se hicieron cargo de la iglesia, el monasterio y el hospital hasta que, en el año 1071, Jerusalén fue arrebatada por los turcos al Califa de Egipto y Gerardo, primer Gran Maestre de los Caballeros Hospitalarios, encarcelado. El éxito de la Primera Cruzada culminó con la liberación de Gerardo y la creación del Reino de Jerusalén. En 1113, el Papa Pascual II otorgó a los Hospitalarios la libertad de elegir a sus superiores, les concedió formalmente el tratamiento honorífico de “Frey” y los puso bajo la tutela de Papado, con lo que quedaban exentos de las interferencias estatales y sólo bajo la autoridad papal.
En ningún lugar se terminan de aclarar las razones por las que la Orden decidió tomar las armas, pero lo cierto es que en torno al 1130 el sucesor de Frey Gerardo, Frey Raymond du Puy, reconvirtió la Orden del Hospital se en una orden militar y religiosa con los deberes de defender militarmente a los enfermos, los peregrinos y el territorio conquistado además de sus deberes fundacionales y bajo la prohibición de levantar las armas contra cualquier príncipe cristiano. A la misión humanitaria se le sumaba la de la defensa de la cristiandad. Frey Raymond du Puy fue también quien tomó la cruz octogonal blanca como símbolo oficial de la Orden sobre un fondo negro (cuando la Orden estaba en estado de paz) o rojo (cuando la Orden se encontraba en guerra). La cruz con ocho puntas significa las ocho virtudes que los caballeros debían ejemplificar en las tareas de caridad de su vida cotidiana: goce espiritual, vivir sin malicia, arrepentirse de los pecados, humillarse ante los que te injurian, amar la justicia, ser misericordioso, ser sincero y puro de corazón, y sufrir la persecución con abnegación.
Los miembros de esta Orden están divididos en tres grupos: religiosos, que realizan la atención espiritual de la orden y no combaten; caballeros y soldados, que defienden la Orden; y hermanos sirvientes, que se dedican a cuidar a los enfermos de los hospitales. Los caballeros suelen ser hombres de noble cuna provenientes de Europa, a menudo hijos no primogénitos de familias próximas al Papado, que llevan armas y pesadas armaduras al estilo de los normandos, y cuyas laboras principales son proteger a los peregrinos, luchar en las Cruzadas junto al Rey de Jerusalén, y ayudar a cuidar a los enfermos. Los sacerdotes tienen una vida similar a la de los monjes benedictinos: hay entre ellos estudiosos y teólogos, y atienden a las obligaciones religiosas en las Iglesias, campamentos y Hospitales. Los hermanos sirvientes, tienen como principal responsabilidad atender a los viajeros cansados y cuidar a los enfermos. Entre los hermanos sirvientes se admiten mujeres (que a menudo son de origen noble o de familias adineradas), aunque no en los otros dos cuerpos de la Orden.
En los hospitales de la Orden hay las mismas características que en un ejército: cargo, disciplina, uniformes e insignias como distintivos, los cuales se transmiten al cuidado de enfermos. En la mayoría de los hospitales no hay médico, por lo que el peso del cuidado recae en la enfermería, existiendo además un grupo que presta sus servicios a cambio de cobijo.
Los miembros de la Orden Hospitalaria están organizados y divididos por sus lenguas (alemán, inglés, castellano, aragonés, francés, provenzal, italiano y auvernio) en lugar de por naciones de procedencia y, a su vez, esta estructura se subdivide en prioratos, bailíos y hospicios. Anualmente, por San Juan y la Candelaria, la orden llama a capítulo a sus miembros para ordenar a los nuevos caballeros.